domingo, 3 de marzo de 2019

Poema de la chica de adamantium

Eres un poema erótico, la tentación más grande que he tenido.
La manzana del pecado, un bocado de placer.
Te habla mi instinto desvergonzado.
Ven, te quiero comer. Recorrer tu piel con la punta de mi lengua.
Muero por verte venir y salpicar todo con la vida que llevas por dentro.
Tenerte entre mis manos y sentir que te vas y te vienes.
¿Te vienes?
Llega cuando sea muy noche, déjame interrumpir tu sueño, oírte gemir tan excitado.
Eres una prosa lasciva y yo me siento tan conscupiscente, sucia, mojada, caliente.
Se me desbordan las ganas nomás de verte.
Quiero tu mirada clavada en el cielo, como preparándote porque sabes que hasta allá te voy a llevar. Con mi lengua hurgando en tus oídos. Con mi voz estallando en un gemido que te dure dos primaveras y media.
Eres un verso húmedo, salido de un libro de Anaïs Nin.
Seductor, temperamental y tan sexy.
Me quedaría a vivir entre tus dientes. En la mueca jadeante qué haces justo antes de venirte.
En tu mirada fija que me engulle y me escupe en el cielo de los orgasmos.
Eres un poema erótico, mis dedos hundidos en el lugar  donde no sale el sol y sin embargo siempre está caliente.
Eres un murmullo de placer, mi fantasía.
¿Te vienes?
-Mercedes Reyes Arteaga

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